Las comunidades intencionales aspiran a una autosuficiencia energética, buscando quedar fuera del tráfico de energía que realizan los carteles corporativos de energías fósiles y nucleares.El uso de sistemas derivados de una ciencia emergente hace posible lo que era una utopía en los 80′, lograr asentamientos desconectados de la red con una máxima calidad de energía.La vida comunal implica compartir derechos igualitarios entre sus miembros, los que no son valorados en las aglomeraciones humanas. En la comunidad se valora la disponibilidad libre de energía y así los sistemas que la producen se diseñan en función de dicho derecho comunal y los recursos disponibles.Una comunidad intencional gana credibilidad cuando logra mostrar que esto es posible y que puede llevarse a mayor escala. Esto permite a las personas visualizar futuros escenarios donde la energía esté disponible para todos en forma libre y segura en su forma de producción.Así como lo hicieron los monasterios de la edad media europea, demostrando una fuerte justicia social al disponer de agua para todos, la energía en estos tiempos puede tener la misma simbología, donde hoy la barbarie se reemplazó por una adicción creciente al consumo de energía.
En la Ecovilla Gaia, se ha logrado la sustentabilidad energética, el 100% de la electricidad es producida por aerogeneradores y paneles solares. Esta central eléctrica alimenta a todas las construcciones con 220v. stable, dando un servicio muy superior a la que en estos tiempos se dispone en las grandes ciudades y sin cortes a lo largo de todo el año.