Al problema la solución

Ya es claro que en Argentina se agrandaron los problemas, por esto tienen que ser grandes las soluciones. El título es una idea fuerza que le da sentido a la Permacultura. Son momentos como estos en que queda claro la necesidad de un modelo de sociedad basado en trabajar con la naturaleza, esta es nuestra genuina salida, estar a favor de sus flujos, será en 10, 20 o 60 años que la humanidad en su conjunto tendrá que seguir este camino si no quiere colapsar.

Algunas propuestas permaculturales podrán aplicarse en los próximos meses y muchas familias podrán salir de la crisis ya que en contacto directo con la naturaleza podemos abastecernos de alimentos, medicinas, agua, electricidad, calefacción y materiales de construcción. El primer paso es sumarse o iniciar asentamientos sustentables que puedan producir la mayor parte de los insumos y servicios para resolver las necesidades básicas.

  • En la producción de alimentos es esencial utilizar y producir semillas de polinización abierta, las que nos permitirán producir nuestras propias semillas sin comprarlas y, además, rustificar y mejorar para que el lugar donde estamos cultivando.
  • Acumular frascos de vidrio para guardar estas semillas y los excedentes de cosechas, transformados en dulces y conservas varias.
  • Utilizar herramientas de calidad, muchas suelen encontrarse de las que usaron agricultores retirados, además de aprender el arte de usarlas y afilarlas.
  • Diseñar cultivos integrados a bosques de frutas, maderas y leña.
  • Si se incorporan aves y mamíferos, buscar gallinas de campo (casi extinguidas), caballos percherones para hacer tareas de tiro y razas rústicas en general.
  • Poder desarrollar, según los recursos naturales, sistemas de generación de electricidad autónomos.
  • Instalar equipamientos en las construcciones que sean eficientes en el uso de la electricidad.
  • Diseñar y construir estufas, hornos y cocinas de alta eficiencia y organizar el corte y acopio de leña para que estos sistemas funcionen en forma óptima.
  • Conocer al detalle el clima del lugar y cómo va cambiando para que todos los sistemas que manejamos estén acorde a este.
  • Dominar el arte de la bioconstrucción para poder hacer nuestras propias casas, comedores, escuelas, talleres, etc. Esta es una de las herencias que le podemos dejar a nuestros hijos, que sean buenos bioconstructores.
  • Generar sistemas de democracia participativa y a su vez llevar esto a la bioregión donde estemos.
  • Generar redes para intercambio de semillas, monedas complementarias, intercambio de saberes, productos, etc.

Este es solo un punteo de lo que generamos desde la Permacultura. Todo se basa en que podemos resolver la mayoría de las cosas con nuestras propias manos y estar lejos de los vaivenes de lo que decida el “Mercado” con el precio del dólar.

Es dar vuelta el orden de las cosas, la naturaleza es la que nos fija las reglas de la bioeconomía y nosotros la acompañamos en culturas que, en el futuro, serán permanentes. Estos vaivenes sociales que vive la Argentina tienen que ser el motor para que tengamos fe y fuerza en que lo podamos lograr. Cuando los huertos permaculturales llegan a su desarrollo, muchas especies se siembran solas, manifestando la abundancia de la naturaleza.

Algunos pensarán “bueno pero para esto hay que comprar un campo, comenzar todo de cero”. Sí, es un camino, pero también hay muchos proyectos, como la Ecovilla Gaia, que ya pasó esa barrera y está abierta a más personas. Es un poco por lo que están pasando los proyectos de este estilo. Muchos lamentan ser pocos cuando unos muchos están al destino del “Mercado” en las grandes ciudades. Ya pasamos por varias crisis, cada una suma más pobres, es hora que tomemos con nuestras propias manos el destino de este país y nuestras vidas.

Dr. Gustavo Ramírez
U.I.P. (Universidad Internacional de Permacultura)
Septiembre 2018

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