Los siguientes sistemas de cultivo plantean nuevas alternativas sustentables para transformar el laboreo excesivo del suelo, que conlleva a su degradación y a la dependencia de agroquímicos y combustibles fósiles; en sistemas de cultivo que satisfacen las necesidades humanas mientras conservan y mejoran los suelos, el agua y los recursos biológicos.
Cultivos orgánicos
Constituyen sistemas de producción que mediante el manejo racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos de síntesis química, brindan alimentos sanos y abundantes, mientras se mantiene o incrementa la fertilidad del suelo y la diversidad biológica.
Cultivos biodinámicos
Son sistemas concebidos a partir de considerar a la tierra, las plantas, los animales y el ser humano interconectados, trabajando en un único organismo agrícola. En la práctica, el método biodinámico además de gestionar el huerto de forma orgánica tiene en cuenta las influencias cósmicas. Su origen se encuentra en una serie de conferencias impartidas en 1924 por Rudolf Steiner, filósofo y científico austríaco creador de la “Antroposofía”.
Cultivos permaculturales
En esta edición ampliaremos la información de estos tipos de sistemas agroforestales que se diseñan según los principios de la permacultura. Para David Holmgren, co-creador del concepto, la permacultura es “el diseño conciente de paisajes que imitan los patrones y las relaciones con la naturaleza, mientras suministran alimento, fibras y energías abundantes para satisfacer las necesidades locales”. De esta manera, los huertos se organizan conociendo en profundidad la conexión entre cada parte del sistema. Así se crean redes donde los productos de unos son el alimento o materia prima de otros, mientras se valoran las conexiones cooperativas y simbióticas. Cada elemento del sistema efectúa diversas funciones y cada función importante es soportada por varios elementos.
En los sistemas permaculturales resulta clave el hacinamiento de las plantas debido a la influencia que ejercen entre sí los distintos vegetales
Consideran que la gran diversidad de formas, funciones e interacciones en la naturaleza y en la humanidad son la fuente de la complejidad sistémica evolutiva, por ello los sistemas agroforestales permaculturales buscan la mayor biodiversidad para las condiciones de clima y suelo. En este sentido, el Instituto Argentino de Permacultura (IAP) ha investigado en la Ecovilla Gaia, el comportamiento de unas 2500 especies hasta poner a punto el sistema de 280 especies nativas y exóticas que tienen en la aldea. La combinación de elementos en Gaia funciona tan favorablemente que no realizan movimiento del suelo y dejan que las lombrices y los microorganismos hagan el laboreo, que resulta ser hasta 8 veces más eficiente que un tractor. A su vez, al cultivar especies para los distintos estratos (alturas) logran huertos con mayores índices de productividad por m2 sin necesidad de utilizar energía fósil.
Otra innovación desde esta mirada holística la constituye la gestión de las plagas, ya que en vez de combatir a los insectos y las enfermedades procuran ayudar naturalmente a las plantas a ser lo más fuertes posible para evitar que se enfermen. Si el sistema está adecuadamente diseñado, las plantas y los animales viven armónicamente y no es necesario utilizar ni fertilizantes ni pesticidas para lograr cultivos que crecen y viven vigorosamente. Un indicador del óptimo funcionamiento de los huertos integrados al bosque, es que en el transcurso de un año, no más del 5% de lo producido se convierte en comida entregada a los insectos y los pájaros, que además beneficiaron al sistema.
Algunas variables a tener en cuenta al diseñar concientemente los cultivos de manera sistémica son: el tipo de suelo, las formas de drenaje, las cantidades de precipitaciones, cuáles son las temperaturas extremas, la dirección de los vientos y sus velocidades, y las zonas de circulación. Por otro lado, en relación a las especies vegetales en sí mismas es conveniente: tener especies que generen reparo, especies de ciclo corto y especies de ciclo largo; se puede colocar mulch (cobertura) seco y/o tener plantas que sirvan de cobertura para evitar que se evapore el agua; tener especies de apoyo y especies de abono verde (productoras de nitrógeno); plantar especies fijadoras de nitrógeno (árboles, arbustos, enredaderas); y hasta estimular algunos cultivos para que hagan de maleza (por ejemplo, la hortiga atrae a insectos “beneficiosos” que comen a los insectos que atacarían los cultivos).
Recordemos que a mayor biodiversidad mejor se autogestionará el sistema; así que para establecer un sistema intensivo a pequeña escala es clave el hacinamiento de plantas. Es muy útil conocer que influencia ejercen entre sí los distintos vegetales que sembremos.Algunas plantas se ayudan cuando están al lado de otras como por ejemplo la asociación simbiótica del kiwi con la acacia blanca; mientras que una especie aporta nutrientes, la otra brinda la estructura y el resguardo del sol y los vientos. Hay otras especies que juntas se perjudican y otras que son indiferentes. A su vez, conviene saber los atributos de las plantas para favorecer la autorregulación del sistema: las especies de la familia de la cebolla (cebolla, ajo, puerro, ciboulette) o las de la familia de las aromáticas (orégano, romero, tomillo, salvia, albahaca, ruda, menta) contribuyen al control natural de las plagas y es importante tenerlas en el huerto.
En Gaia tienen en cuenta, además de los principios de la permacultura, las enseñanzas sobre agricultura natural de Masanubo Fukuoka que plantea una agricultura de expansión, holística y sistémica en contraposición al pensamiento reduccionista tradicional. Consideran que la fertilidad no es algo para agregar sino que es una condición que ya está presente esperando a desarrollarse. El agricultor simplemente deja que aflore lo que ya existe para que cicle naturalmente. Fukuoka ha desarrollado estrategias para reverdecer el desierto con métodos naturales basados en el no hacer y en la confianza de que la naturaleza sabiamente tomará su curso. De esta manera, simplemente para reestablecer la armonía, se aportan microorganismos y la mayor variedad posible de semillas. Con este método Fukuoka ha logrado reverdecer desiertos en suelos degradados de África y de la India, entre otros, a la vez que permitió mejorar la dieta de las poblaciones a las que asistió.
Nota publicada en Saber cómo, publicación del INTI en año 2008.